El cine tiene el poder de despertar sensaciones y emociones que nos trasladan a otros mundos. También es un plan que además de entretener, sirve para incrementar el aprendizaje emocional, ayudando a profundizar sobre valores humanos. El fomento de estas aptitudes forma parte de la atención integral de las personas que atendemos.
Perseverancia, empatía, desprendimiento, igualdad de oportunidades, amistad, esperanza, justicia social, respeto o solidaridad son algunos de los valores que a través de las historias que cuentan, y de sus personajes, se trabajan con usuarios y residentes a lo largo del trimestre veraniego.
Cortometrajes y partes de películas, como El Color Púrpura, El Rey León, Billy Elliot, El Club de los poetas muertos, La Misión, En un lugar de África, Sin perdón, La vida es bella o Gandhi, entre otras, ofrecen la posibilidad de generar momentos de reflexión en el que se comparten impresiones y vivencias. En un clima de confianza, aumenta la comunicación, liberan estrés acumulado, mejoran su autoestima y seguridad personal, viéndose capaces de distinguir las buenas de las malas actitudes, desarrollando conciencia moral.
Para el área de Pastoral estos encuentros de videoforum se han hecho imprescindibles en la formación en valores. Comentaba Alejandro Parra, coordinador de Pastoral “Procuramos que los valores que se van tratando pervivan y se solidifiquen en las relaciones sociales, desde la perspectiva de cohesión e integración en la convivencia.”
El cine se ha convertido herramienta de apoyo eficaz para un aprendizaje concreto, activo y reflexivo. Es tiempo de calidad, es tiempo en familia.