La Villa de Rute está situada en la falda del «Monte Hacho», en pleno corazón de Las Sierras Subbéticas cordobesas. La pasada semana dieciséis residentes pusieron rumbo a este rincón andaluz para disfrutar de los diferentes museos gastronómicos y de paso ver los increíbles belenes que se exponían en los mismos.
La fábrica Galleros Artesanos de Rute fue la primera parada. Vieron como las obradoras estaban elaborando en ese momento los típicos roscos. Aunque lo que más impresionó fue el Belén elaborado en pasta de chocolate. Más de 4 meses de trabajo y 1400 kg de chocolate blanco y negro no pasan desapercibidos. Cada año representa un lugar diferente, este año se han recreado los monumentos más importantes de Italia junto con los personajes y escenas de la vida cotidiana del nacimiento de Jesús.
Justo al lado tienen el impresionante Museo artesanal del Turrón, Mantecado y Mazapán, donde vieron utensilios propios de un obrador de confitería, maquinarias, piezas y artilugios relacionados con la elaboración de dulces, algunos del año ¡1700! Allí disfrutaron también de un belén muy original realizado completamente de merengue.
Hace siglos Rute era conocido por sus afamados jamones, tal como cita Miguel de Cervantes en ‘El Casamiento Engañoso’: “y si la convalescencia la sufre, unas lonjas de jamón de Rute, nos harán la salva”. Pues allí que pararon también, en la Casa Museo del jamón, y como no, para una buena degustación.
No podían irse Rute, el pueblo del Anís, sin conocer en una de las más conocidas de España, Destilerías Machaquito. Pudieron conocer la historia y tradición en la elaboración de los anisados y licores tan afamados de este pueblo.
Preciosa experiencia, buena compañía, riquísimas degustaciones, calidad de vida… mezcla perfecta para una escapada de lujo.