El arte de evocar recuerdos

Taller de reminiscencia para la estimulación cognitiva, la atención y el bienestar emocional

El taller de reminiscencia es un espacio de comunicación entre personas que comparten recuerdos y experiencias pasadas, basándose en estímulos externos, que pueden ser visuales, auditivos, sensoriales, gustativos y/o táctiles. Esto contribuye a respetar y valorar a la persona, como ser único e individual, poniendo en valor su historia de vida.

Teresa Bueso, monitora del taller que dinamiza las sesiones, acompañada por María Victoria Enríquez de Luna, psicóloga del Centro de Día Realidad 2003, acompañan y guían a las personas que participan en el mismo, para que puedan abrirse y compartir sus experiencias mediante recuerdos y emociones positivas. También promueven la interrelación, estimulando la conversación entre los miembros del grupo de trabajo.

Son sesiones semanales en grupos pequeños, de 3 o 4 personas, con una duración aproximada de una hora. En estos encuentros se habla y se comparten momentos de la infancia, adolescencia, vida adulta, deteniéndose en una canción, hablando de un olor especial, un momento de vida, un encuentro familiar, un día señalado, un regalo especial…

El primer paso se pregunta a los participantes y se observan los signos de conexión con la actividad para conocer la satisfacción personal de cada uno. Se prepara un relato positivo de la vida de cada componente del grupo. Se busca la información sobre la temática que se realice, material como fotografías, objetos o música que se empleará en el mismo. Con todo preparado se acompaña y guía para que comiencen a aflorar los recuerdos y las emociones.

Los objetivos

Los talleres de reminiscencia tienen como objetivo mejorar la esfera afectiva mediante el trabajo de las emociones y los recuerdos. Además, ayudan a trabajar las funciones cognitivas, sobre todo la memoria autobiográfica.

También promueven la interrelación, estimulando la conversación entre los miembros del grupo de trabajo. Poniendo la mirada en lo positivo, mejora el estado de ánimo, disminuyendo pensamientos de desesperanza.

Incrementan la autoestima, y el bienestar emocional. Y contribuyen a respetar y valorar a la persona, como ser único e individual, poniendo en valor su historia de vida en el momento vital actual.

Lo que la persona cuenta sobre sí misma, se asocia a un elevado potencial terapéutico en la edad adulta, constituyendo una técnica que permite que la persona se desarrolle, se actualice y le encuentre continuidad en su vida, algo esencial a lo largo del desarrollo de la persona, manteniendo y desarrollando su identidad.

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